domingo, 5 de enero de 2020

Una cosa es el querer y otra es el poder


¿Qué somos y no capaces de hacer, hasta dónde podemos llegar? ¿Cuál es nuestro propio límite? ¿O esque podemos sobrepasar dicho límite? Esta es una reflexión sobre el poder que nuestra mente logra ejercer sobre nosotros mismos. Cómo el no saber hasta dónde podemos llegar, el no conocer nuesros límites puede destruirnos tanto física como psicológicamente:


"Querer es poder", tantas veces hemos escuchado esta afirmación que hemos llegado a un punto en el que incluso nos lo llegamos a creer. ¿Pero hasta dónde podemos decir que es cierta esta frase que tanto hemos escuchado?
Si yo quiero volar, entonces puedo hacerlo.
Si quiero respirar bajo el agua, entonces puedo hacerlo.
Si quiero no respirar y sobrevivir, puedo hacerlo.
Bien, en ese caso te reto a intentarlo. Y sin si quiera haberlo visto, sé que no has sido capaz de hacerlo.
Queda desmentida por tanto la creencia inicial, aunque sé que tal vez haya sido demasiado extremista, pero es que por mucho que un pez quiera vivir fuera del agua, éste no podrá hacerlo.
Mentimos a los niños, desde que son pequeños, tanto en el colegio como en casa, para que crean que son capaces de todo, que se sientan invencibles, que piensen que van a conseguir todo lo que se propongan, independientemente de lo que se trate. Les enseñamos que no hay obstáculo lo suficientemente grande como para poder frenarlos, echarlos hacia tras. Les decimos que son lo suficientemente fuertes como para superarlo todo. Nuestros padres lo hacen inconscientemente desde el cariño, tratando de hacernos sentir especiales, luego están los profesores, que nos quieren invictos y en la cima de la montaña y luego los amigos, que nos animan a saltar desde cualquier sitio.
Si no engañamos a los críos diciéndoles que no hay obstáculos, ¿Por qué si lo hacemos adoctrinándolos para que se crean con capacidad de poder hacerlo todo? Eso solo los ingenuos osan creerlo. Y es que si solo enseñamos gloria, ¿Cómo pretendemos poder superar las derrotas? Porque las hay, al igual que existen muros que no podemos escalar, o vayas imposibles de saltar.
Luego existen las depresiones, los suicidios, el dolor y el sufrimiento, cuando nos damos cuenta de que la vida a veces puede con nosotros y que en innumerables ocasiones por mucho que queramos, no podemos. Nos empeñamos en intentarlo, una y otra vez, una y otra vez, una y otra vez y... nos cansamos. De pelear, de saltar, de esquivar, de luchar. Pero como nunca nos lo han enseñado solo nos quedamos estancados, en ese algo que quisimos y no pudimos.
Cuando lo que tenía que haber pasado es que tras todos esos intentos, con tanto o más fervor que antes tratáramos de encontrar un nuevo camino, otra solución. Solo había que mirarlo desde otra perspectiva, con más visión, con otro ángulo. Pero esto solo puede pasar si te das con el obstáculo de bruces y en vez de ser tan cabezota y obstinado simplemente eres tenaz y persistente. Un pequeño juego de palabras que significan cosas muy distintas.
En vez de decir querer es poder debemos aprender que lo que queremos, tal vez, podamos conseguirlo, si no es un imposible y con ayuda de la perseverancia. Pero también debemos saber cuando tenemos que retirarnos, porque hay batallas que no son nuestras, guerras que no debemos luchar, cosas que no debiéramos enfrentar, porque quizás no estemos preparados para ello.
Cada uno tiene su camino y ahora, nunca mejor dicho, que cada uno haga lo que pueda, si quiere. El verdadero poder es conocernos a nosotros mismos, así como nuestras limitaciones.

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