sábado, 5 de octubre de 2019

La muerte


"No le tenemos miedo a la tumba, sino a la oscuridad. No es el cementerio lo que nos aterra, sino el silencio. No tememos a la muerte, sino a la soledad."

Cuando alguien te pide que escribas sobre la muerte deberías entregarle un papel en blanco, porque es todo lo que conocemos de ella, nada, la absoluta y basta nada. Así de simple.
Pero supongo que a lo que se refieren es a como los vivos reaccionan ante la muerte, y ya no solo ante la suya propia, sino también ante la de todos sus seres queridos, incluso de aquellos que no son amigos, ante los desconocidos, los famosos e incluso tu vecina del sexto. Porque para todos hay un fin, más cerca o más lejos, más arrugados o menos, pero todos lo tenemos porque fuera del mundo de la literatura, en el mundo real, no existen los seres inmortales.

A los seres humanos, por naturaleza, nos aterra lo desconocido y eso incluye a la muerte. ¿Es acaso la muerte otra forma de vida? Tenemos miedo a morir porque no sabemos que nos espera después, lo único de lo que estamos seguros es de que no podemos volver. Es, al igual que la vida, toda una aventura y, al igual que ocurre con la vida, no hay retorno. Es precisamente esa incertidumbre lo que tanto nos aterra.

Con lo que respecta a mi persona es mucho peor el mero pensamiento de la muerte de un ser querido, es concretamente mi peor pesadilla. Está claro que no puedes sobrevivir a tu propia muerte, pero ¿Me creeríais si os digo que tampoco sobrevives a la muerte de alguien cercano?

Una muerte te cambia, porque esa persona sabe algo de ti que el resto no, esa persona te mira desde unos ojos desde los que el resto no, has compartido momentos a solas con esa persona de los que nadie sabe nada. Esa persona era parte de ti, así como tú de ella. Por lo tanto, cuando esa persona muere se lleva una parte de ti con ella y es ese poco de ti que muere. Lo que significa que podemos estar vivos y muertos al mismo tiempo. Si has perdido a muchas personas amadas llega un momento en el que tampoco estás vivo tú, porque poco a poco y con cada uno de ellos va muriendo una parte de ti y pasas a estar vivo solo físicamente porque por dentro te sientes muerto.
Es más fácil morir y que otros te lloren, o quizás no, porque existe la remota posibilidad de que no le importes a nadie, sería ideal, nadie sufriría por ti supongo y simplemente pasarías al olvido como esa chica que se suicidó, que murió de vejez, que tuvo un accidente, a la que asesinaron... Y miles de posibilidades más.

Mueren un gran número de personas al día y ni si quiera nos damos cuenta, una pistola aquí, un navajazo allá, una bomba que cae, un barco que se hunde... Y es como si nada hubiera pasado. Alguien se está muriendo mientras tu comes un helado, mientras hablas con tu novio, mientras duermes... Todos los días, de todos los años a todas horas y en todo el mundo. ¿No deberíamos asumir entonces la muerte como algo natural y corriente? ¿Pero por qué nos cuesta tanto superar la muerte de un ser querido? La respuesta es fácil. Nos produce dolor la separación, es como cuando tienes una relación a distancia y no puedes tocar a la otra persona, salvo porque los muertos no pueden mandar una postal, o hablar por teléfono, o conectarse a Skype. De acuerdo, no tiene nada que ver salvo por el sentimiento de añoranza y nostalgia.

Entonces os preguntaréis, ¿Qué es la muerte?
La gran putada de la vida...

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